La constitución de la materia ha sido el tema de investigación de numerosos científicos a lo largo de la historia. Desde que se descubriera, gracias al experimento de Thomson, que en todos los átomos existen cargas eléctricas de distinto signo en igual cantidad (los protones y los electrones), el concepto de átomo ha ido cambiando.
Según Rutherford, por ejemplo, la carga positiva se concentra en una zona denominada «núcleo», alrededor de la cual giran, a una gran distancia, los electrones. Según la teoría cuántica, mucho más moderna, los electrones no sólo no giran alrededor del núcleo, sino que ni siquiera podemos conocer al mismo tiempo dónde están y qué velocidad tienen (principio de incertidumbre de Heisenberg).
De todo ello habla, de una forma bastante curiosa, el grupo Prin’La Lá en su tema «La tristeza de un electrón»:
La letra
Pasaron varios siglos sin que el hombre descubriera
que vivía a su manera el electrón.
Estaba en todas partes y no estaba en ningún sitio
por aquello de la indeterminación.
Vivía dese siempre enamorado
y próximo al pesado nucleón.
Jamás los vieron juntos en la Tierra,
la Luna o el Sol.
Que triste es ser
un electrón
vivir en una nube;
el electrón se aburre
por definición.
(bis)
Sentía una atracción irresistible
y el amor era imposible
con aquel bello protón.
El hombre destruyó todo el encanto
con la inversa del cuadrado
que se le ocurrió a un señor.
Danzando por un átomo cualquiera
espera conocer lo que es amor.
Jamás los vieron juntos en la Tierra,
la Luna o el Sol.
Que triste es ser
un electrón
vivir en una nube;
el electrón se aburre
por definición.
(bis)
(bis)
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